pueden servirte para todo.
Incluso aquellos que te doblaron al medio,
de esos me llevo todo.
Aprendí a enfrentarlo ,
sonriendo o llorando pero siempre
con la frente en alto.
Errores, todos cometemos,
la diferencia esta en la intención,
eso también lo aprendí.
Me amigué con la tristeza,
no por que la quiera cerca,
si no, para dejarla pasar.
Que venga, que revolotee,
que rompa y aclare.
Luego habitaremos la tristeza
como un trasbordo
y al amor como un puente.
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