No me funcionó el reloj que contaba los segundos, espere de mas y la bomba me explotó en la cara y en el corazón. Me junte los pedazos y emprendí la retirada, pues no era esa mí última batalla. No podría serlo.
Caminando en pedazos me gritaba para adentro basta de amores de mierda. Basta de gente sin alma, basta de migas de pan.
Llegue, cerré la puerta y me desvanecí, me desplomé, me derretí, me deformé y desapareci todo el tiempo que fue necesario.
Ese día, nadie me avisó que la bomba estaba ahí. Me explotó en la cara y en el corazón, y vos estabas ahí.
Al otro día me desperté, hice lo mismo de siempre, lo de todos los días, pero no funcionó. Estabas ahí, vos y los pedazos.
No hubo respuestas, no hubo miradas, no hubo palabras, no hubo nada. No había nada, la bomba había estallado todo por el aire y nuestros universos se separaron...
Llegué, cerré la puerta, me desvanecí y volví a nacer.
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