No sabias dónde guardar tanto amor, entonces empezaste a repartirlo en hojas escritas, en dibujos, en abrazos a los amigos, en sonrisas, en saludos a los vecinos, en caricias a tu mascota, en juegos con niños, en tardes de series, en limpiar tu casa, en escuchar, en hablar, en compartir mates, en decir por favor y gracias.
A veces también, el amor se vuelve lágrima, y se vuelve más puro aún. Repartis amor a las flores, en la comida que compartís, en algún saludo de cumpleaños, en el agua que ofreces, en el aroma del sahumerio, en la sábana limpia, en el calor del hogar, en aquel rompecabezas que no se completa.
A veces no te cabe tanto amor que repartis por todos lados, a veces alguien no lo merece, pero la sensación de dar lo que sos es inexplicable, es tranquilidad y eso, eso sabemos que vuelve y eso, eso es amor.
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