Lo adoraba tanto que le era muy difícil no quererlo
hasta que un día no pudo mas y lo soltó.
Lo que duele de apretar la soga
son las cicatrices que deja.
Alba se vació tanto que tuvo que volver a empezar,
se enfrentó al espejo y se dijo:
- Acá estamos, vos y yo, nosotras.
Esto es todo, esto es mucho, esto es suficiente.
No todo ha salido bien,
no era tan fácil como ella deseaba.
Al parecer todavía no estaba del todo vacía,
pues seguía vaciándose, rodeada de cuerpos inertes.
El camino parecía difícil, no sabia como había llegado hasta ahi.
Lo vacío traía consigo noches sin dormir, madrugadas de ojos hinchados,
vicios por todos lados faltos de aire.
Se volvió a enfrentar al espejo :
- No vamos bien, debemos dejarnos caer.
y Alba cayó.
Cayó en la cuenta de cuan vacía se sentía en esos días,
y descubrió que poco se había auto-abrazado en su vida.
Los auto-abrazos son fuertes y sanos, de índole curativo.
Alba esta ahí, auto-abrazada y se reserva el derecho de admisión.
No hay comentarios:
Publicar un comentario